Tal día como hoy, 28 de abril, pero de hace 1314 años...


 

...el conde Julián, junto a un ejército de 12.000 bereberes al mando de Tariq Ibn Ziyad, lugarteniente del gobernador árabe Muza Ibn Nusair, cruza el estrecho de Gibraltar adentrándose en la Península Ibérica, dispuesto a ayudar a los witizanos, enemigos del rey visigodo don Rodrigo. Tres meses más tarde, a orillas del río Guadalete, derrotará a don Rodrigo, abriendo la puerta a la dominación árabe de España durante siete siglos.


Nostradamus


Las profecías atribuidas a Michel de Nostradamus, un boticario y astrólogo francés del siglo XVI, siguen siendo objeto de fascinación y debate siglos después de su publicación en su libro "Les Prophéties" (Las Profecías) en 1555. Esta obra consiste en 942 cuartetas poéticas que han sido interpretadas de diversas maneras como predicciones de eventos futuros.

¿Qué hay de cierto en ellas?

La opinión académica y la evidencia disponible sugieren lo siguiente:

  • Vaguedad e Interpretación: La característica principal de las cuartetas de Nostradamus es su extrema vaguedad y el uso de lenguaje simbólico, ambiguo y referencias históricas, mitológicas y astrológicas. Esto permite una amplia gama de interpretaciones, a menudo realizadas después de que un evento ocurre, buscando una conexión retroactiva.
  • Falta de Especificidad: Las profecías raramente mencionan fechas, lugares o nombres específicos, lo que dificulta enormemente la verificación predictiva antes de los sucesos.
  • Interpretaciones Post-Evento: La mayoría de las supuestas "predicciones cumplidas" son el resultado de la reinterpretación de las cuartetas para que coincidan con eventos históricos ya ocurridos. Es más fácil encontrar una conexión vaga después del hecho que predecir con precisión el futuro.
  • Sesgo de Confirmación: Las personas tienden a recordar y destacar las supuestas coincidencias, mientras que ignoran las numerosas predicciones que no se han cumplido o que podrían interpretarse de muchas otras maneras.
  • No hay consenso académico: La comunidad académica en general rechaza la idea de que Nostradamus poseyera habilidades proféticas genuinas. Consideran que las aparentes coincidencias son producto de la interpretación subjetiva y, a veces, de la manipulación de los textos.
  • Predicciones fallidas: A lo largo de la historia, muchas interpretaciones específicas de Nostradamus sobre eventos futuros no se han materializado.

Ejemplos de supuestas predicciones y sus controversias:

  • La muerte de Enrique II de Francia: Una cuarteta se interpretó después de su muerte como una predicción del accidente en un torneo. Sin embargo, la vaguedad del texto permite múltiples interpretaciones.
  • La Revolución Francesa y el ascenso de Napoleón: Algunas cuartetas se han asociado con estos eventos, pero nuevamente, la conexión se realiza a posteriori y se basa en interpretaciones selectivas.
  • Las Guerras Mundiales y el ascenso de Hitler: Se han encontrado cuartetas que algunos interpretan como alusiones a estos conflictos y figuras históricas, pero la falta de detalles concretos es evidente.
  • Los atentados del 11 de septiembre de 2001: Ciertas interpretaciones posteriores a los hechos intentaron relacionar algunas cuartetas con los ataques a las Torres Gemelas, pero estas lecturas son muy debatidas y no fueron realizadas antes de los eventos.

En conclusión:

Si bien las profecías de Nostradamus siguen siendo populares y generan fascinación, no existe evidencia científica ni consenso académico que respalde la idea de que predijo eventos futuros de manera precisa. La naturaleza vaga y simbólica de sus escritos permite interpretaciones retrospectivas que a menudo se ajustan a los acontecimientos históricos. La "certeza" de sus profecías reside principalmente en la mente del intérprete y en el sesgo de confirmación, más que en una capacidad predictiva demostrable.

El nacimiento de Roma


...pero en el año 330 de nuestra era, tras siglos de dominación, el emperador Constantino transferirá la capital del Imperio a Constantinopla. La antes todopoderosa Roma se convertirá en ciudad objeto de invasiones bárbaras. Más tarde, durante la Edad Media, el Papado se instalará en Roma, pero no será hasta el siglo XV, en que el Papa Nicolás V iniciará la restauración de la ciudad, cuando se asemeje a su grandeza original.


Relatos en Trasmoz


El viento aullaba alrededor de las almenas desdentadas del Castillo de Trasmoz, un lamento ancestral que parecía arrastrar ecos de tiempos pasados. Bajo la luna menguante que apenas iluminaba el Moncayo, el perfil oscuro de la fortaleza se recortaba contra el cielo plomizo, un vigía pétreo de secretos inconfesables y leyendas susurradas al calor de la lumbre. Trasmoz, el pueblo maldito, dormía inquieto a los pies de su castillo.

Dicen que la desgracia se cernió sobre Trasmoz hace siglos, no por la espada ni la peste, sino por la sombra alargada de la hechicería. Se cuenta que en los subterráneos del castillo, donde las piedras exudaban un frío antinatural, se reunían en conciliábulo aquellas que dominaban las artes oscuras. No las viejas de cuento con verrugas y escobas voladoras, sino mujeres de mirada penetrante y saberes proscritos, conocedoras de las hierbas venenosas y los conjuros que torcían voluntades y secaban cosechas.

Una de ellas era la Tía Casca, cuyo nombre infundía un respeto teñido de terror en toda la comarca. No vivía en el castillo, sino en una humilde morada en el pueblo, pero su influencia llegaba hasta sus muros. Se decía que susurrando extrañas letanías al anochecer, era capaz de hacer sonar las cadenas que supuestamente guardaban alquimistas buscando el oro, solo para ahuyentar a los curiosos. O que con un simple gesto de sus manos nudosas, agriaba la leche y traía el mal de ojo al ganado.

La relación entre las brujas y el castillo era ambigua. Algunos aseguraban que la fortaleza, levantada en una noche por un mago moro según la leyenda, atraía a estas mujeres con su propia energía arcana. Otros, más pragmáticos, decían que los señores del castillo, inmersos en disputas con el cercano monasterio de Veruela por las aguas y las tierras, alentaban los rumores de brujería para mantener alejados a sus enemigos y justificar su comportamiento indómito.

Fuese cual fuese la verdad, el miedo era real. Los ruidos extraños que emanaban del castillo, ya fueran las supuestas cadenas o el martilleo de los falsificadores de moneda que allí se escondían, eran atribuidos a los aquelarres. Los infortunios que azotaban al pueblo, desde una sequía pertinaz hasta la enfermedad de un niño, eran señalados como obra de las hechiceras.

La tensión alcanzó su punto álgido cuando el abad de Veruela, harto de las afrentas y quizás temeroso del poder que emanaba de Trasmoz y susurros de brujería, lanzó la terrible excomunión sobre todo el pueblo. Las campanas callaron, las puertas de la iglesia se cerraron, y Trasmoz quedó solo, marcado y repudiado.

Se cuenta que esa noche, las brujas se reunieron en el patio de armas del castillo, bajo la luna menguante. La Tía Casca, con su voz rasposa como el viento en las rocas, no entonó lamentaciones, sino un desafío. No negarían lo que eran, no se someterían a quienes las despreciaban. Si Trasmoz era el pueblo maldito, ellas serían sus guardianas en la sombra.

Desde entonces, la leyenda creció. Se decía que en noches de tormenta, las siluetas de las brujas danzaban en lo alto de la torre del homenaje. Que sus risas se confundían con el ulular del viento. Que el castillo, más que refugio, se convirtió en el corazón de su poder, un nido de energías telúricas y conocimientos ancestrales.

Aunque los siglos pasaron, el castillo cayó en ruinas y los ecos de la excomunión perduraron, la presencia de las brujas nunca abandonó Trasmoz. Se dice que aún hoy, en la Feria de la Brujería y las Plantas Medicinales que se celebra cada año, uno puede sentir una extraña vibración en el aire, una conexión con aquellas mujeres que desafiaron la norma y se refugiaron en la penumbra del castillo. Y que, si te atreves a acercarte a sus muros en la noche adecuada, el viento aún te traerá el susurro de conjuros olvidados y el eco lejano de unas cadenas que quizás, solo quizás, no eran de este mundo.

Sábado de Gloria


Ah, el Sábado de Gloria en España... un día con una atmósfera muy particular. Recuerdo el de hace unos años en un pueblecito de Andalucía.

El aire era denso, cargado de una expectación silenciosa. Las campanas, que el Jueves Santo habían roto en un llanto sonoro, permanecían mudas, sumiendo las calles en un recogimiento casi palpable. La gente se movía con una calma inusual, como si contuvieran la respiración, respetando el luto por la Pasión de Cristo.

Por la mañana, las iglesias permanecían oscuras, invitando a la reflexión y al recogimiento personal. Algunos fieles se acercaban en silencio, encendiendo velas tenues que danzaban tímidamente en la penumbra, ofreciendo sus oraciones en un susurro apenas audible. Se sentía la ausencia, la pausa antes del estallido de alegría.

Luego, a medida que el sol comenzaba su lento descenso, un rumor comenzaba a extenderse por el pueblo. Los niños, inquietos por naturaleza, preguntaban con creciente impaciencia cuándo sonarían las campanas. Los mayores sonreían con una sabiduría ancestral, sabiendo que la espera era parte esencial de la celebración.

Y entonces, justo al caer la noche, cuando la oscuridad comenzaba a envolver las casas en su manto estrellado, un repique tímido rompía el silencio. Primero uno, luego otro, y en cuestión de segundos, todas las campanas del pueblo despertaban de su letargo con una alegría desbordante. Era un clamor festivo, una explosión sonora que anunciaba la Resurrección.

Las luces de las iglesias se encendían, inundando las plazas de un resplandor cálido y acogedor. La gente salía a las calles, felicitándose con abrazos y sonrisas radiantes. El luto se transformaba en júbilo, la tristeza en esperanza.

Recuerdo especialmente la cara de una anciana, arrugada por el tiempo y marcada por tantas Semanas Santas vividas, iluminándose con una alegría infantil al escuchar el repique de las campanas. En sus ojos se reflejaba la esencia del Sábado de Gloria: la transición de la oscuridad a la luz, del silencio a la celebración, de la muerte a la vida.

Esa noche, el pueblo entero parecía respirar al unísono, liberando la tensión acumulada durante los días de recogimiento. El aire se llenó de conversaciones animadas, risas y el aroma de los dulces tradicionales que comenzaban a prepararse para el Domingo de Resurrección.

El Sábado de Gloria, en esencia, es ese umbral mágico, ese instante suspendido en el tiempo donde la tristeza se desvanece ante la promesa de la resurrección. Es la calma antes de la tormenta de alegría, el silencio que precede al aleluya. Y en ese pequeño pueblo andaluz, bajo el manto estrellado y al son de las campanas liberadas, esa transición se sintió con una fuerza y una belleza inolvidables.

En Pinseque (Zaragoza)




Interior de la Iglesia de San Pedro Mártir
Pinseque (Zaragoza)

 

Vista de la Iglesia de San Pedro Mártir
y Torre Mudéjar

Las tradiciones, patrimonio inmaterial...


En el corazón de España, donde el tiempo parece danzar al son de antiguas melodías, los pueblos preservan con celo tradiciones que son el alma de su identidad. Cada festividad, cada ritual, es un hilo tejido en el tapiz de la historia, una conexión palpable con los ancestros que labraron la tierra y moldearon el espíritu de su gente.

El fuego purificador de San Juan

En la noche más corta del año, cuando el sol se despide y la luna se alza en su plenitud, las hogueras iluminan los pueblos costeros. En Galicia, las cacharelas arden con fuerza, purificando el aire y alejando a los malos espíritus. Los jóvenes saltan sobre las llamas, desafiando al destino, mientras las sardinas se asan en las brasas, perfumando la noche con su aroma salado.

La magia de los caballos en las Rapa das Bestas

En las montañas de Galicia y Asturias, los caballos salvajes son los protagonistas de un rito ancestral. Los aloitadores, valientes jinetes, se enfrentan a las bestias en una lucha cuerpo a cuerpo, marcándolas con el hierro candente para controlar su población. Es un espectáculo de fuerza y destreza, un eco de tiempos en que la supervivencia dependía de la comunión con la naturaleza.

El fervor de las Fallas valencianas

En Valencia, la primavera estalla en una explosión de color y fuego. Las Fallas, monumentos efímeros de cartón piedra, satirizan la vida cotidiana y los personajes públicos. Durante días, la ciudad se convierte en un escenario de fiesta, música y pólvora, culminando en la cremà, la quema de las fallas, un ritual purificador que da la bienvenida a un nuevo ciclo.

La solemnidad de la Semana Santa andaluza

En Andalucía, la Semana Santa es una manifestación de fervor religioso y arte barroco. Las cofradías, con sus nazarenos vestidos de penitentes, recorren las calles al son de tambores y saetas, portando imágenes sagradas. Es un espectáculo de recogimiento y emoción, un viaje al corazón de la fe.

La alegría desbordante de los Sanfermines pamploneses

En Pamplona, el verano se desata en una fiesta desenfrenada. Los Sanfermines, con sus encierros de toros, atraen a miles de personas de todo el mundo. La adrenalina se mezcla con el miedo y la euforia, creando una atmósfera única. Es una celebración de la vida, un desafío a la muerte.

La vendimia riojana, un ritual de gratitud

En La Rioja, la vendimia es un ritual de gratitud a la tierra. Las uvas, maduradas bajo el sol de agosto, se recogen con mimo y se transforman en el néctar divino que es el vino. Es una fiesta de la abundancia, un homenaje a la tradición vitivinícola que ha dado fama a la región.

La magia de los pueblos blancos andaluces

En los pueblos blancos de Andalucía, el tiempo se detiene. Sus calles laberínticas, sus casas encaladas y sus patios floridos invitan a la contemplación. Es un remanso de paz, un refugio de la vida moderna.

La diversidad de las lenguas, un tesoro cultural

En España, la diversidad lingüística es un tesoro que se conserva con orgullo. El castellano convive con el catalán, el gallego, el euskera y el aranés, lenguas que son patrimonio de la humanidad. Cada una de ellas es una ventana a una cultura única, una forma de entender el mundo.

Las tradiciones de los pueblos de España son un legado invaluable, un puente entre el pasado y el presente. Son la esencia de un país diverso y rico en matices, un mosaico de culturas que se entrelazan en una sinfonía de vida.

La mujer en el sistema jurídico romano


El papel de la mujer en el derecho romano es un tema complejo y fascinante que ha sido objeto de estudio durante siglos. A lo largo de la historia de Roma, la posición jurídica de la mujer experimentó cambios significativos, desde una situación de dependencia absoluta hasta un reconocimiento gradual de ciertos derechos y capacidades.

La mujer en la familia romana:

En la Roma arcaica, la mujer estaba sometida a la autoridad del pater familias, el varón de mayor edad de la familia. Su papel principal era el de esposa y madre, encargada del cuidado del hogar y la crianza de los hijos. La mujer no tenía capacidad jurídica propia y dependía de la tutela de un varón, ya fuera su padre, su marido o un tutor designado.

La evolución del derecho romano:

A medida que la sociedad romana evolucionaba, también lo hacía el derecho. Durante la República y el Imperio, se produjeron cambios que mejoraron la situación jurídica de la mujer. Se reconoció su capacidad para realizar ciertos actos jurídicos, como la administración de sus propios bienes y la celebración de contratos. Sin embargo, seguía estando excluida de la vida pública y política.

El matrimonio romano:

El matrimonio romano era una institución fundamental en la sociedad romana. Tenía como objetivo principal la procreación y la continuidad de la familia. La mujer casada seguía sometida a la autoridad de su marido, pero gozaba de ciertos derechos y protecciones. Por ejemplo, tenía derecho a la dote, una aportación económica que el marido debía administrar en beneficio de la familia.

La mujer y la propiedad:

A lo largo del tiempo, la mujer romana adquirió mayor capacidad para poseer y administrar bienes. En el Imperio, se reconoció su derecho a heredar y a disponer de sus propios bienes. Sin embargo, seguían existiendo limitaciones, especialmente en lo que respecta a la propiedad de la tierra.

La influencia del cristianismo:

La llegada del cristianismo tuvo un impacto significativo en la legislación romana relativa a la mujer. El cristianismo promovió la igualdad espiritual de hombres y mujeres, lo que se tradujo en una mayor protección de los derechos de la mujer en el ámbito del matrimonio y la familia.

Conclusiones:

El papel de la mujer en el derecho romano fue evolucionando a lo largo de la historia, desde una situación de dependencia absoluta hasta un reconocimiento gradual de sus derechos y capacidades. Si bien la mujer romana nunca alcanzó la plena igualdad con el hombre, su posición jurídica mejoró significativamente con el tiempo.

Puntos clave:

  • La mujer romana estuvo inicialmente sometida a la autoridad del pater familias.
  • El derecho romano evolucionó, otorgando a la mujer mayor capacidad jurídica.
  • El matrimonio romano era una institución fundamental, con derechos y obligaciones para la mujer.
  • La mujer romana adquirió mayor capacidad para poseer y administrar bienes.
  • El cristianismo influyó en la legislación, mejorando la protección de los derechos de la mujer.

Tal día como hoy, 16 de abril de 1581...


...las Cortes portuguesas reunidas en el “Convento de Cristo” de Tomar, reconocieron como rey del Reino de Portugal a Felipe II de España, convirtiéndose en Filipe I de Portugal, unificando así las coronas ibéricas (pero no los reinos), e indultando a los opositores. Felipe II juró un compromiso para preservar el idioma portugués, la moneda y las instituciones portuguesas, así como dejar la gestión del Imperio portugués en manos lusas.       

Insultos en el ámbito político


Los insultos en el ámbito político tienen consecuencias perjudiciales tanto para los individuos involucrados como para el sistema democrático en su conjunto:

  • Deterioro del debate público: Los insultos desvían la atención de los problemas reales y dificultan el intercambio de ideas constructivas. En lugar de centrarse en propuestas y argumentos, el debate se convierte en una escalada de ataques personales.
  • Polarización y división: El lenguaje agresivo alimenta la polarización y la división en la sociedad. Los insultos pueden radicalizar las posturas y hacer que sea más difícil encontrar puntos en común y llegar a acuerdos.
  • Desconfianza en las instituciones: La falta de respeto y el lenguaje ofensivo en la política erosionan la confianza de los ciudadanos en las instituciones democráticas. Cuando los líderes políticos se comportan de manera inapropiada, se socava la legitimidad del sistema.
  • Desmotivación de la participación ciudadana: El ambiente tóxico generado por los insultos puede desmotivar a los ciudadanos a participar en la vida política. Muchas personas se sienten desalentadas por la agresividad y prefieren mantenerse al margen.
  • Normalización de la violencia verbal: El uso de insultos en la política puede normalizar la violencia verbal en otros ámbitos de la sociedad. Esto puede tener un impacto negativo en la convivencia y el respeto mutuo.
  • Daño a la reputación: Los insultos pueden dañar la reputación de los políticos y de las instituciones que representan. Aunque algunos políticos puedan creer que los insultos les benefician a corto plazo, a largo plazo pueden tener un coste significativo.
  • Impacto emocional: Los insultos pueden tener un impacto emocional negativo en las personas que los reciben, así como en aquellos que los presencian. Pueden generar sentimientos de ira, frustración, tristeza y desilusión.

Estos últimos días, la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ha sido objeto de insultos y ataques machistas en redes sociales. Estos ataques se han intensificado tras la difusión de una noticia sobre un presunto escándalo en el Parador de Teruel en 2020.

Los insultos dirigidos a Pilar Alegría incluyen términos como "puta", "zorra" y "comepollas", así como mensajes que la instan a ponerse "a cuatro patas". La ministra ha denunciado públicamente estos ataques y ha recibido el apoyo de otros miembros del Gobierno y de diversas figuras políticas.

Es importante destacar que el lenguaje utilizado en estos insultos es sexista y misógino, y que este tipo de ataques no deben ser tolerados.

También es importante recordar que la política debe ser un espacio para el debate constructivo y el intercambio de ideas, no para el ataque personal y la descalificación.

El precio de la corrupción


En el corazón de la ciudad, en un edificio imponente con ventanas que reflejaban la luz del sol, se encontraba el epicentro del poder político. Detrás de sus puertas cerradas, se tejían las tramas que gobernaban el destino de la nación.

En el despacho del alcalde, un hombre de mediana edad con una sonrisa falsa y una mirada calculadora, se reunía con un empresario adinerado. El alcalde, un maestro de la manipulación, sabía cómo utilizar su posición para obtener beneficios personales. El empresario, por su parte, estaba dispuesto a pagar cualquier precio para asegurar el éxito de sus proyectos.

En una habitación contigua, un grupo de funcionarios públicos, cómplices del alcalde, se repartían el botín de la corrupción. El dinero, fruto de sobornos y favores ilegales, fluía como un río caudaloso, llenando sus bolsillos y alimentando sus vidas de lujo.

En la calle, los ciudadanos, ajenos a los oscuros secretos que se ocultaban tras las paredes del ayuntamiento, sufrían las consecuencias de la corrupción. Los servicios públicos se deterioraban, la pobreza aumentaba y la confianza en las instituciones se desvanecía.

La corrupción, como un cáncer que se extendía por todo el cuerpo político, estaba destruyendo los cimientos de la sociedad. La democracia, una vez un ideal prometedor, se había convertido en una farsa, un juego de poder en el que los ricos y poderosos se beneficiaban a costa del pueblo.

Pero a pesar de la oscuridad que envolvía a la ciudad, había una chispa de esperanza. Un grupo de periodistas valientes, armados con sus plumas y cámaras, se dedicaba a investigar los actos de corrupción. Eran los guardianes de la verdad, los vigilantes que intentaban exponer al alcalde y sus cómplices.

La lucha contra la corrupción era una batalla desigual, pero los periodistas no se rendían. Sabían que la verdad, tarde o temprano, saldría a la luz. Y cuando eso sucediera, la ciudad, y el país entero, podrían comenzar a sanar.

La sombra de la duda


La sombra de la duda se alarga como un crepúsculo eterno, un manto frío que envuelve el alma y oscurece la claridad del pensamiento. No es una presencia tangible, sino una sensación viscosa que se adhiere a la piel, un susurro constante que mina la confianza y siembra la semilla de la incertidumbre.

Se manifiesta de mil formas, como un eco lejano que cuestiona nuestras decisiones, como un velo que distorsiona la realidad y nos hace dudar de nuestras propias percepciones. A veces, adopta la forma de un espejo empañado que refleja una imagen distorsionada de nosotros mismos, resaltando nuestras inseguridades y magnificando nuestros errores.

La duda se alimenta de la inseguridad, del miedo a lo desconocido, de la fragilidad de la condición humana. Nos acecha en los momentos de vulnerabilidad, cuando nos enfrentamos a decisiones trascendentales o nos aventuramos en territorios inexplorados. Nos susurra al oído, cuestionando nuestras capacidades, sembrando la discordia entre nuestros deseos y nuestras acciones.

Pero la duda no es necesariamente un enemigo. Puede ser una aliada silenciosa que nos impulsa a la reflexión, que nos obliga a cuestionar nuestras certezas y a buscar respuestas más allá de lo evidente. Nos invita a explorar las sombras, a desentrañar los misterios que yacen ocultos en nuestro interior.

A veces, la duda se convierte en un laberinto sin salida, un laberinto de pensamientos circulares que nos atrapa en un bucle de indecisión. Pero en otras ocasiones, nos guía hacia la sabiduría, hacia la comprensión profunda de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.

La sombra de la duda es un recordatorio de nuestra humanidad, de nuestra capacidad para cuestionar, para explorar, para aprender. Es un recordatorio de que la certeza absoluta es una ilusión, y que la verdadera sabiduría reside en la capacidad de vivir con la incertidumbre, de aceptar la ambigüedad y de encontrar la luz en medio de la oscuridad.

Semana Santa en Pinseque


La Semana Santa en Pinseque, un pueblo tranquilo de la provincia de Zaragoza, se transforma durante estos días en un escenario de profunda tradición y fervor religioso. Declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón en 2017, su celebración destaca por la singularidad de sus actos y la implicación de sus vecinos.

Desde el Domingo de Ramos, las palmas y los ramos de olivo bendecidos anuncian la llegada de la Pasión. Pero es a partir del Jueves Santo cuando la Semana Santa de Pinseque adquiere su carácter más distintivo. Por la noche, la iglesia se convierte en el epicentro de una tradición conmovedora: la "noche de espera". Jóvenes del pueblo, ataviados como alabarderos, custodian el Cristo Yacente durante toda la noche, recreando el ambiente de la época romana. Su silencio y respeto llenan el templo de una atmósfera solemne y recogida.

El Viernes Santo es el día central. La procesión del Santo Entierro recorre las calles de Pinseque en un silencio respetuoso, roto únicamente por el sonido grave de los tambores y las cornetas. La Cofradía de la Santa Cama del Señor y Dolores de Nuestra Señora, la más antigua y activa del pueblo, organiza con esmero cada detalle. Uno de los momentos más emotivos es el "baile" a la Cama en la Plaza Mayor. Con la plaza en penumbra, los cofrades rinden homenaje al Cristo Yacente con movimientos lentos y reverentes, un acto de profunda devoción que estremece a los presentes.

El Sábado Santo se dedica a la Vigilia Pascual, una celebración llena de esperanza y luz que anticipa la alegría del Domingo de Resurrección.
 
Por último, el Domingo de Resurrección culmina la Semana Santa con una misa solemne, marcando el triunfo de la vida sobre la muerte.

La Semana Santa en Pinseque no es solo un conjunto de actos religiosos, sino una manifestación cultural que se transmite de generación en generación. La participación activa de los vecinos, el respeto por las tradiciones centenarias y la atmósfera de recogimiento y devoción la convierten en una experiencia única y memorable para quienes la viven. Es un tiempo para la reflexión, la comunidad y la conexión con una historia religiosa profundamente arraigada en el corazón de este pueblo aragonés.

Tal día como hoy, 13 de abril, de hace 491 años...




...en Londres, el humanista Tomás Moro, autor del libro "Utopía", se niega a firmar el acta que reconoce a Enrique VIII como jefe de la Iglesia y a consentir su divorcio de Catalina de Aragón. Por ello es acusado de alta traición, encarcelado en la Torre de Londres y decapitado un año más tarde.


Tal día como hoy, de hace 470 años...


…en Tordesillas, fallece Juana I de Castilla, más conocida como "Juana la Loca", hija de los Reyes Católicos y casada con Felipe el Hermoso, reina de Castilla de 1504 a 1555, y reina de Aragón y Navarra, desde 1516 hasta 1555, aunque desde 1506 no ejerció ningún poder efectivo. A partir de 1509 vivió recluida en Tordesillas, primero por orden de su padre, Fernando el Católico y después por orden de su hijo el rey Carlos I.



Tal día como hoy, de hace 437 años...

 


Un 5 de abril de 1588 nace en Westport (Inglaterra) el filósofo empirista y tratadista político inglés, Thomas Hobbes, conocido por su obra el "Leviathan o la esencia, forma y poderío de un estado religioso y civil", apología del laicismo, En esta obra, Hobbes presentará al Estado civil desligado completamente de la Iglesia.

Tal día como hoy, de hace 740 años


En Sevilla, un 4 de abril de 1284, fallece una de las figuras políticas y culturales más significativas e influyentes de la Edad Media en la península ibérica y en el continente europeo: Alfonso X el Sabio. Durante su reinado destacó su labor legislativa, ligada a la introducción en su reino del Derecho romano. Sus obras más significativas fueron el "Fuero Real", el "Espéculo" y el "Código de las Siete Partidas". La Escuela de Traductores de Toledo es su máxima expresión con la colaboración simultánea de intelectuales cristianos, judíos y musulmanes.